viernes, 28 de mayo de 2010

Escapada a Monfragüe

El fin de semana del 21 al 23 de mayo nos escapamos de fin de semana al Parque Nacional de Monfragüe, invitados por nuestros amigos de la Asociación Ardeidas. Este espacio protegido se encuentra en la provincia de Cáceres y representa uno de los enclaves mejor conservados de bosque y matorral mediterráneo.

La Asociación Ardeidas, sin duda una de las asociaciones ornitológicas y conservacionistas más importantes de Castilla la Mancha, con sede en Talavera de la Reina, organiza desde hace varios años una salida a Monfragüe a la que suelen acudir un buen número de socios. En esta ocasión, Araceli y yo tuvimos la suerte de ser invitados por ellos a pasar unos días, durmiendo un par de noches en los chozos de Villarreal de San Carlos, que son restos de antiguas construcciones usadas por los ganaderos trashumantes y que han sido rehabilitados por el Parque Nacional.

Dehesa a la entrada de Monfragüe

Desde Asturies el viaje es mas llevadero de lo que podría parecer al ver el mapa, ya que la mayor parte de la Autovía de la Plata está terminada y desde Uvieo se llega en unas cinco horas. Al entrar en la provincia de Salamanca ya resultaba evidente que este año está siendo más lluvioso de lo normal, y que las lluvias del invierno y el principio de la primavera habían conseguido que el verde cubriera los campos y dehesas que a estas alturas del año ya deberían estar completamente amarillas. Aunque el pico de la floración ya ha pasado, muchas dehesas aun se encontraba completamente cubiertas de flores de todos los colores que les daban un aspecto impresionante.

Pareja de Cigüeñas negras (Ciconia nigra)

A los pocos kilómetros de tomar la carretera que une Plasencia y Navalmoral de la Mata nos desviamos hacia la carretera comarcal que nos llevó directos a la Portilla del Tietar, ya estábamos en Monfragüe. En este lugar se localiza uno de los puntos calientes del Parque, y nada mas parar el coche ya pudimos observar un Águila imperial (Aquila adalberti) y a un par de Cigüeñas negras (Ciconia nigra) volando sobre los cortados. Al menos 30 parejas de esta última especie nidifican en Monfragüe, lo que lo convierte en uno de sus mejores refugios, ya que sólo hay 900 parejas en toda Europa, de las que 200 se reproducen en Extremadura. Desde el mirador se puede observar uno de los nidos de las cigüeñas, un nido de Alimoche (Neophron percnopterus), varios nidos de Buitre leonado (Gyps fulvus) y si hay suerte el nido del Buho real (Bubo bubo), aunque nosotros no lo vimos y según nos comentaron después, este año no consiguió sacar adelante a los pollos que nacieron hace unos meses.

Poco después de esta visita relámpago a la Portilla del Tietar, donde nos encontramos con Miguel Angel y Paloma, nos dirigimos hacia Villarreal de San Carlos y a medio camino nos sorprendió un zorro (Vulpes vulpes) que estaba tan acostumbrado a la presencia humana que se acercó a nosotros solicitando comida sin asustarse en absoluto. En este caso se trataba de un ejemplar joven que después de que nos marcháramos siguió allí tumbado a la sombra esperando a que alguien más pasara a darle algo de comer.




Después de unos pocos kilómetros por una estrecha carretera llegamos a Villarreal de San Carlos, donde nos reunimos con parte del grupo y nos repartimos en los chozos, que tienen capacidad para que duerman unas 6 u 8 personas en literas de madera. A lo largo de la tarde fue apareciendo el resto del grupo y finalmente nos juntamos 29 personas con ganas de pegarnos unos buenos pateos por el monte y disfrutar de la fauna y la flora de éste lugar único.

Sentados a la puerta de "nuestro chozo"

La mañana del sábado nos levantamos temprano y después de desayunar comenzamos una ruta que sale desde Villarreal hasta el Cerro Gimio. A ambos lados del camino el suelo del bosque y el matorral estaba tapizado de flores, incluso las zonas que hace años estaban cubiertas de plantaciones de eucaliptos y que actualmente han sido arrancados y replantadas con encinas y alcornoques (vamos, igualito a lo que ocurre en Asturies).



A lo largo de la subida al cerro observamos gran cantidad de aves, destacando una pareja de cigüeñas negras y entre las rapaces los numerosos buitres leonados y un buitre negro (Aegypius monachus), mucho más escaso que su pariente, pero que en Monfragüe alcanza una de las mayores densidades poblacionales de la Península Ibérica, ya que se tienen controlados 250 nidos ocupados.

Buitre leonado (Gyps fulvus)



Una vez en la cumbre del Cerro Gimio pudimos disfrutar de una increíble panorámica de Monfragüe, ya que desde allí se ve perfectamente el Salto del Gitano y el Castillo de Monfragüe, así como gran parte del recorrido del Tajo y el Tietar.


Es suficiente con quedarse un rato sentado en este lugar para disfrutar del gran número y variedad de rapaces que se reproducen en la zona, ya que sin moverse podremos ver buitres leonados y negros, alimoches, milanos negros, águilas calzadas y culebreras y con suerte alguna perdicera o alguna imperial.

Lagartija colilarga (Psammodromus algirus)

Cuando el calor empezaba a apretar emprendimos el regreso hacia Villarreal pero sin perder detalle de todo lo que se movía entre los matorrales y brezales. Además de una rica fauna ornitológica, en Monfragüe hay una gran densidad de otros animales, como anfibios y reptiles. Una muestra de estos últimos es la Lagartija colilarga (Psammodromus algirus), que es frecuente en las zonas de rocas desnudas a estas horas del día.


A la vuelta seguimos el camino de las pasarelas, que discurre paralelo al Arroyo Malvecino, un afluente del Tietar. A lo largo de todo el trayecto se aprecia una buena muestra de bosque de ribera, que este año se encuentra muy frondoso debido a las intensas lluvias que han elevado el nivel del cauce casi un metro sobre el nivel normal de ésta época.


En un descanso que hicimos durante el camino para refrescarnos encontramos a una preciosa culebra de escalera (Elaphe scalaris) que pacientemente se dejó fotografiar por nosotros antes de escapar trepando por las ramas de un árbol cercano. Una vez abandonado el camino del arroyo, el valle se abre y comienza la subida hacia el pueblo. En uno de los pequeños cortados arcillosos, varios abejarucos (Merops apiaster) habían construido sus nidos aunque probablemente aun no hayan realizado la puesta, ya que no se observaba mucha actividad en la colonia, a pesar de que varios de ellos volaban en las proximidades y se posaban en los cables de alta tensión que colgaban sobre nuestras cabezas.


En las zonas abiertas, sobre todo en los bordes de los caminos, aun se veían pequeños grupos de Amapolas (Papaver rhoeas), aunque el pico de la floración de esta especie ya ha pasado.


Milano negro (Milvus migrans)

Águila culebrera (Circaetus gallicus)

Sin lugar a dudas, las aves rapaces son las estrellas de este espacio protegido, sobre todo por la presencia de Buitres negros y Águilas imperiales, de todas formas, la rapaz más abundante y que observamos en cualquier momento y en cualquier lugar del parque es el Milano negro (Milvus migrans). Además de milanos tuvimos la suerte de ver varias Aguilas culebreras (Circaetus gallicus), que han llegado hace pocas semanas de África y en estos dias se encuentran realizando las paradas nupciales.

Pero si hubo una especie de ave de la que pudimos disfrutar a placer durante esos días fue la Cigüeña negra. Además de verla volando sobre nosotros en varias ocasiones, tuvimos la suerte de verlas en dos de sus nidos, que casualmente habían sido construdios a un par de metros sobre el agua del Tajo, y que tenían tres pollos en los dos casos.

Nido de cigüeña negra en el Puente del Cardenal

Nido de cigüeñas negras en el nuevo sitio del Salto del Gitano

Otra curiosidad es que este año, el tradicional nido del Salto del Gitano, con toda seguridad el nido de cigüeña negra más visitado de España, y que llevaba siendo ocupado ininterrumpidamente durante décadas, había sido usurpado por una pareja de Buitres leonados y las cigüeñas se tuvieron que construir un nuevo nido en una pequeña isla a pocos metros.


Dos vistas desde el Castillo de Monfragüe

Una visita obligada cuando se acude a Monfragüe es la subida al castillo, aunque sólo se conserva parte de la muralla original y de una de las torres, se puede subir a ella y desde allí se tienen las mejores vistas de todo el parque, desde los embalses del Tajo, hasta los montes de encinas y alcornoques y las dehesas. Además se puede disfrutar de la vista de numerosas rapaces con una perspectiva a la que no estamos acostumbrados, por encima de ellas.

A los pies del castillo se encuentra el Salto del Gitano, probablemente una de las mecas de la ornitología en España, ya que desde la misma carretera se ven a escasa distancia al menos dos nidos de cigüeña negra, la mayor buitrera del Parque, con 150 nidos de buitre leonado, un nido de halcón peregrino, un nido de buitre negro, un nido de Alimoche y con suerte una pareja de buho real. Además en los acantilados se reproducen numerosos paseriformes: aviones roqueros, golondrinas daúricas, escribanos y roqueros solitarios (Monticola solitarius), que tiene una gran querencia por las rocas situadas bajo el observatorio.

El Salto del Gitano

Alimoche (Neophron percnopterus)

Mirando los nidos

El fin de semana se estaba terminando, pero después de estos tres días y a pesar de que no era la primera vez que vistába Monfragüe, nos fuimos con mejor recuerdo que nunca. Nos encontrarnos con nuestros amigos Miguel Angel, Paloma, Jose Luis y Conchi  y además conocimos a un montón de gente encantadora con la que aparte de disfrutar del monte, los bichos y las plantas compartimos muchas conversaciones, comidas y sobremesas. Un abrazo y muchas gracias a todos, esperamos veros pronto, ya sea en Talavera, aquí en el norte, o en cualquier otro sitio.


Pero que bien se te da !!

Para terminar esta crónica, os cuelgo una lista a modo de resumen de las especies de aves, mamiferos, anfibios y reptiles, que observamos en estos 3 días, por orden de aparición (vistos y oídos), como en los créditos de las películas. Ah, y voy a usar los nombres de toda la vida, lo siento pero a mi los busardos, las aguilillas y las águilas-azores no me convencen.

AVES (53)
Buitre leonado, Avión roquero,  Águila imperial, Águila perdicera, Mito, Cigüeña negra, Gorrión común, Rabilargo, Tórtola turca, Buitre negro, Avión común, Abejaruco, Milano negro, Águila calzada, Golondrina común, Urraca, Alcaudón real, Triguero, Ruiseñor común, Golóndrina daúrica, Roquero solitario, Garza real, Mirlo común, Lavandera blanca, Águila culebrera, Verderón común, Ruiseñor bastardo, Oropéndola, Curruca rabilarga, Pinzón vulgar, Tórtola común, Gavilán, Mirlo acuático, Chochín, Curruca capirotada, Estornino negro, Alcaudón común, Cogujada común, Perdiz roja, Arrendajo común, Petirrojo, Chova piquirroja, Verdecillo, Vencejo común, Escribano montesino, Colirrojo tizón, Carbonero común, Cuervo, Alimoche, Agateador común, Cormorán grande, Chotacabras pardo, Gaviota reidora, Vencejo real.

MAMIFEROS (2)
Zorro, Ciervo

ANFIBIOS (4)
Sapo común, Rana verde ibérica, Ranita meridional, Gallipato.

REPTILES (7)
Salamanquesa común,  Lagartija ibérica, Culebra de herradura, Lagartija colilarga, Lagarto ocelado, Lagartija colirroja, Culebra de herradura.

Y no podía faltar la lista de todos los que nos reúnimos a pasar estos días, todos miembros de Ardeidas, salvo Araceli y yo, y nuestra amiga Mónica que se unió al grupo el último día, espero que no se me olvide nadie.

Juanjo, Eugenio, Gloria, José Luis, Manolo, Yolanda, José Luis, Conchi, Ana, José Manuel, Angelines, Paco, Claudia, Alejandro, Gonzalo, Javi, Flora, Eva, Candela, Antonio, Nicolas, Richard, Iñaki, Ana, Mónica, Paloma, Miguel Angel, Araceli y David, ahh, y Jara y Kika.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Una historia de buenos y malos


¿Qué es lo que está mirando esta golondrina con tanta atención? ¿Qué es lo que la mantiene con la mirada fija y con una actitud de resignación, como si no pudiera hacer nada? Pues está mirando lo mismo que mirábamos más de 15 personas que coincidimos el pasado fin de semana en la localidad de Villarreal de San Carlos, en Monfragüe (en breve colgare un post sobre esta excursión): una historia de buenos y malos de la que ella era una de los protagonistas.

Hay pocas aves que despierten tantas simpatías como las golondrinas (Hirundo rustica), todos las conocemos, al menos por su nombre. Las asociamos con la primavera, crían junto al hombre, incluso dentro de sus casas y se respetan sus nidos. Cantan bien, comen los mosquitos que nos pican y son bonitas. En resumen, en nuestro innato afán por humanizar a los animales, las meteríamos sin dudarlo dentro del grupo de los buenos.

El grupo de los malos es mucho más grande, ya que ahí solemos meter a los animales feos o "desagradables", a los que nos dan miedo, a los que nos pueden morder o picar, y a los que comen lo mismo que nosotros y por lo tanto son nuestros competidores.

Pues en esta historia cruzaron sus caminos una golondrina y una serpiente. Las serpientes son unas de las criaturas que desde siempre se han asociado con la maldad, e incluso con la muerte, aunque la inmensa mayoría de ellas son inofensivas para el ser humano. Poco antes de las 10 de la mañana, una Culebra de herradura (Hemorrhois hippocrepis) se desplazaba por las calles casi desiertas del pueblo cuando se dió cuenta de que en una casa había un nido de golondrinas, probablemente por el olfato o alertada por el sonido de los pollos ya crecidos que solicitaban alimento a sus padres. En ese momento comenzo a trepar por el tronco de una parra que se sujetaba a la pared y en menos de media hora llegó a su altura. Durante todo el ascenso, los dueños del nido y varias golondrinas de los nidos vecinos revolotearon a su alrededor tratanto de intimidarla sin éxito. Después de varios intentos, la culebra de unos 80 centímetros consiguió aferrarse a uno de los barrotes de la ventana y desde allí se introdujo en el nido donde había cuatro pollos ya crecidos pero aun incapaces de volar.

Aunque desde abajo no pude apreciar bien lo que ocurrió dentro del nido, todo parecía indicar que la culebra había matado a todos los pollos antes de empezar a comérselos, uno a uno y en un proceso que le llevó más de dos horas.







Pero ¿cual fue la reacción de la gente que se agolpaba bajo la ventana con una mezcla de curiosidad y morbo? Os lo podéis imaginar, porque creo que fue el hecho de estar dentro de un Parque Nacional y que la acción transcurriera en una ventana que casualmente se encontraba frente al centro de interpretación del parque, lo que evitó que la culebra fuera apaleada y matada allí mismo sin contemplaciones. En esa situación es complicado tratar de explicar que para la culebra un pollo de golondrina es lo mismo que una baya de un espino para un zorzal, un mosquito para esa misma golondrina, o un sandwich de jamón y queso para nosotros: comida, y probablementa para ella la diferencia entre vivir o morir de hambre.

 Águila culebrera (Circaetus gallicus)

Tampoco sirve de ayuda explicar que la culebra de herradura tiene muchos enemigos que también encuentran en ella la ración de proteínas necesaria para su subsistencia. Las águilas culebreras, que estos días sobrevolaban el mismo pueblo de esta historia realizando las paradas nupciales, comeran muchas durante los próximos meses. También otras rapaces, como los milanos y mamíferos como zorros, ginetas o martas, darán buena cuenta de ellas si se las encuentran.

Aparte de esa clasificación antropocéntrica en animales buenos y malos, el caso de las serpientes es mucho mas curioso. Según un artículo publicado por la antropóloga Lynn Isbell en la revista Journal of Human Evolution, los mamíferos y entre ellos el hombre, conservamos a lo largo de la evolución las estructuras del cerebro implicadas en la vigilancia y el miedo a los depredadores. En ese artículo, la doctora Isbell afirma que el miedo a las serpientes es un instinto de supervivencia heredado y que sorprendentemente está directamente relacionado con el sentido de la vista, ya que esas áreas del cerebro están directamente conectadas con el sistema visual. Como ejemplo pone las distintas historias evolutivas de los primates y pseudoprimates. Los lemures de Madagascar, que tienen un sistema visual no demasiado bueno viven en una isla en la que nunca hubo serpientes venenosas y de hecho no les tienen miedo cuando se los junta en condiciones artificiales. Los primates del continente americano, que han estado en contacto con las serpientes venenosas intermitentemente a lo largo de su historia evolutiva tienen una vista regular y un temor moderado hacia ellas. Por último, los primates africanos, con los que estamos estrechamente emparentados, siempre han vivido en contacto con serpientes venenosas y tienen la mejor vista de todos, y conservan ese miedo innato a las serpientes que hace que se pongan muy nerviosos y alterados cuando las encuentran.

Tengo que admitir que no estoy demasiado de acuerdo con el artículo anterior y más bien creo que el miedo a las serpientes es algo adquirido y transmitido de padres a hijos. A pesar de saber que la depredación es algo natural, que no hay animales buenos y malos por definición y que en mi caso no odio a las serpientes, sino que por el contrario me gustan, tengo que admitir que al observar la escena de la serpiente y los pollos de golondrina no pude evitar sentirme incómodo.

Por mucho que nos pese, en muchas ocasiones es difícil liberarse de nuestro pasado evolutivo (o adquirido).

Referencias

ISBELL, L. (2006). Snakes as agents of evolutionary change in primate brains Journal of Human Evolution, 51 (1), 1-35 DOI: 10.1016/j.jhevol.2005.12.012

lunes, 24 de mayo de 2010

La inminente extinción del urogallo cantábrico


Que la situación del Urogallo cantábrico (Tetrao urogallus cantabricus) era dramática era algo que ya sabíamos todos desde hace años, pero que era prácticamente la de una expecie extinta es algo que pudimos confirmar tras conocer los datos del último censo realizado en Asturies.

En el año 1983 se habían censado 230 machos en la zona centro-oriental de Asturies, que pasaron a 50 en el año 2000, lo que hizo saltar todas las alarmas. Aun así lo peor estaba por llegar, ya que en el censo de este año que acaba de hacerse público hace unos días, en esa misma zona se han encontrado tan sólo 3 machos reproductores. Casualmente, estos datos se publicaron en la prensa regional unos días después de que el mismo periódico publicara a bombo y platillo la inauguración de "La casa del Urogallo", unas instalaciones que ya han costado 676.000 euros y en las que aun se piensan invertir 300.000 euros más en otras actuaciones. Se ve que había prisa en inaugurarlo y en salir en la prensa antes de que se publicaran los resultados del censo, y el centro se inauguró a medio terminar, sin ni siquiera dar de alta la luz ni el agua, ni siquiera con el mínimo equipamiento interior.

Ya es bien sabido por todos que la Administración asturiana no conoce la diferencia entre conservación de la naturaleza y folclore turístico, y que todos sus esfuerzos se dirigen a la creación de zoos, museos que han convertido nuestra provincia en un parque temático de cartón piedra.

Pero si la situación del gallu es dramática, los planes de la Administración para dar la vuelta a esta situación son sencillamente lamentables, por usar una palabra suave. El propio Director General de Biodiversidad, José Félix García Gaona, ha llegado a decir que no descarta soltar urogallos procedentes de otras poblaciones, emulando a otro plan estrella del gobierno asturiano: la reintroducción del quebrantahuesos, que por cierto ha sido rechazado por un comite nacional de expertos. Se ve que al señor García Gaona no le importa que la población cantábrica de urogallos sea una subespecie independiente que se ha separado de la subespecie nominal hace muchos miles de años.

Los problemas del urogallo ya se conocen desde hace tiempo y se encuentran íntimamente relacionados con la destrucción y alteración de su hábitat, con la tala de bosques y con la apertura indiscriminada de pistas forestales. También ha contribuido a esta situación el crecimiento poblacional de otras especies, como ciervos y jabalíes, que compiten por sus recursos y pueden depredar sus puestas y que está directamente relacionado con ese deterioro del hábitat y con la desaparición de grandes depredadores como los lobos, que está siendo masacrados por la propia Administración. También el furtivismo ha hecho mella en esta especie; durante décadas se cazaron legalmente y una vez que se prohibió su caza algunos furtivos hicieron y aun siguen haciendo su agosto cazando los pocos que quedan que serán luego vendidos para ser exhibidos en urnas de cristal.

¿Pero que han hecho nuestros gestores para solucionar estos problemas durante casi tres décadas? La respuesta, como siempre es muy sencilla: absolutamente nada. Eso si, mientras tanto seguirán abriendo centros de cría en cautividad y centros de interpretación, gastando infinitamente más dinero del que costaría aplicar unas políticas de conservación eficientes, pero seguramente más impopulares y menos vistosas.

viernes, 21 de mayo de 2010

El gafe de las cigüeñas asturianas


A las cigüeñas blancas (Ciconia ciconia) no les gusta Asturies para nidificar, las vemos durante los pasos migratorios, a veces en grupos de varios ejemplares, también algunas pasan aquí el invierno, pero cuando llega la época de reproducción se marchan a otros sitios.

En los últimos años sólo se ha reproducido regularmente una pareja en el Puertu (Sumieo) a escasos metros de la frontera con León, construyendo su nido en un teito de una de las cabañas de esa pequeña localidad. Para colmo de males, durante el último invierno el techo de la cabaña se hundió debido a su mal estado y las cigüeñas se quedaron si casa.

Además de la pareja somedana, durante las últimas décadas se han registrado unos pocos intentos de cría en otras localidades, como en Navia, Cangues d'Onis, Meres o la Pola (Siero), pero sólo han tenido éxito un par de años en la Pola y no han vuelto a repetir.

Nido de cigüeña en la campiña de Meres

Esta primavera las cigüeñas han vuelto a intentar reproducirse en la localidad de Meres (Siero), donde años antes habían probado suerte pero no llegaron a sacar pollos. Este año construyeron su nido en el tronco de un álamo, en una zona de campiña con encharcamientos, un río y abundantes zonas propicias para encontrar alimento. Todo parecía indicar que este año tendrían suerte, pero una vez más el gafe volvió a caer sobre esta especie.

Cigüeña incubando. A la derecha se observa el ala de la pareja que yace muerta enganchada en el nido

Hace unos días me encontré con Kike Jarero y me comentó la negra historia de la pareja de Meres. Aparentemente todo iba bien y hacía unas semanas que se encontraban incubando la puesta, pero pocos días después observaron que algo raro colgaba del nido. Al fijarse vieron que se trataba del cadaver de uno de los miembros de la pareja, su ala colgaba del nido y su cuerpo inerte permanecía enganchado entre los palos y otros materiales usados en su construcción.

No sabemos que pudo haber causado la muerte de la cigüeña, quizás se enredó con alguna cuerda de las que suelen usar para construír el nido, o quizás murió envenenada. Lo extraño es que a pesar de que ya hace varias semanas que apareció el cadaver, su pareja sigue incubando, por lo que apenas abandona el nido. En estas condiciones es prácticamente imposible que logre sacar adelante la pollada en el improbable caso de que llegaran a eclosionar los huevos. Y para colmo y haciendo honor al gafe de la especie, el próximo fin de semana, a escasos metros de donde se encuentra nuestra cigüeña, se celebrarán las fiestas patronales de Meres, con orquestas, voladores y varios cientos de personas alrededor durante cuatro días seguidos.

No hay duda, las cigüeñas asturianas están gafadas.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Allanamiento de morada

Las aves suelen invertir gran cantidad de tiempo y recursos en la construcción de sus nidos y además, en muchos casos, deben dedicar mucho esfuerzo a protegerlos de los intrusos una vez que está construído. En algunas colonias de aves acuáticas los lugares apropiados suelen escasear y son un recurso muy codiciado por el resto de los habitantes de la colonia, por lo que en algunas ocasiones resulta más fácil robar un nido ya finalizado que empezar uno nuevo desde cero.

Colonia de Cormorán grande en el embalse de Rosarito (Toledo)


Los cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo) son aves coloniales que suelen construir sus nidos en árboles a las orillas de lagos o embalses. En muchos casos, las colonias de esta especie son muy densas y pasado un tiempo los sitios adecuados empiezan a escasear, lo que ocasiona disputas e invasiones de nidos por parte de los ejemplares que  no han logrado construír el suyo propio.

El grupo de trabajo del Dr. Yukiko Inoue ha estudiado durante muchos años una colonia de esta especie en la localidad de Unoyama (Japón) y durante ese tiempo ha realizado grabaciones continuadas de muchos nidos, lo que les ha permitido detectar varios casos de invasiones de nidos e incluso de infanticidios de pollos cuando esos nidos usurpados estaban ocupados.

En el siguiente vídeo, que forma parte del material suplementario del artículo publicado en la revista Journal of Ethology, se puede observar como un macho adulto de cormorán se encuentra realizando movimientos de cortejo en una plataforma de nido ocupada por varios pollos. Los padres de estos es probable que los hayan dejado sólos porque se encuentren fuera del nido buscando alimento, lo que suele ser normal cuando alcanzan cierto tamaño y son capaces de termorregular por sí mismos. Llama la atención el comportamiento de uno de los pollos ya crecidos, que como se observa perfectamente en el vídeo mantiene el cuello colgando por fuera del nido, simulando que está muerto. Este tipo de respuesta es común en muchas especies, no sólo de aves sino incluso de otros grupos como reptiles, anfibios e incluso mamíferos, que consiguen evitar los ataques de depredadores o intrusos haciéndose los muertos. A pesar de ese comportamiento, el macho intruso pasado un tiempo ataca ferozmente al pollo con intención de matarlo.




Pero estas invasiones no son bien recibidas por los legítimos propietarios de los nidos que cuando descubren al invasor lo atacan ferozmente con intención de expulsarlo. En un segundo video del propio Inoue se observa como el propietario de un nido ataca al macho invasor que repele la agresión durante varios minutos. Mientras tanto, se puede apreciar como al igual que en el caso anterior los pollos también se hacen los muertos para evitar las agresiones, lo que demuestra claramente el significado adaptativo de ese comportamiento.



El infanticidio en este caso no tiene por objeto que las hembras propietarias del nido entren en celo y se apareen con el invasor (infanticidio sexual) como ocurría en los osos, ni tampoco está relacionado con una manipulación parental de la descendencia como consecuencia de la limitación de recursos, ni siquiera de la eliminación de "hijos impostores", como vimos que podía ocurrir en las fochas. Tampoco los pollos son matados para consumirlos como alimento. En este caso el infanticidio es una consecuencia de la invasión del nido y se produce debido a la asincronía reproductora que ocurre en esta especie, en la que en la misma época pueden coincidir individuos en fase de cortejo con otros que están incubando o que incluso tienen pollos grandes. En resumen, para el invasor los pollos son sencillamente un estorbo que si es posible es mejor eliminar.

En tan sólo uno de los 21 casos de invasiones registrados por el grupo de Inoue en esta colonia de cormoranes, logró sobrevivir alguno de los pollos del nido, pero aun así, en ningún caso el macho invasor consiguió reproducirse con éxito durante esa estación en el nido atacado.

Referencia

Inoue, Y., Yoda, K., Fujii, H., Kuroki, H., & Niizuma, Y. (2009). Nest intrusion and infanticidal attack on nestlings in great cormorants Phalacrocorax carbo: why do adults attack conspecific chicks? Journal of Ethology, 28 (2), 221-230 DOI: 10.1007/s10164-009-0192-6

domingo, 16 de mayo de 2010

Chorlitos al atardecer

Después de dos semanas de mal tiempo se agradece la aparición de un claro entre las nubes. Podemos escaparnos a un playa cercana y entretenernos viendo el trasiego de los limícolas, que estos días se encuentran en los días álgidos de su viaje migratorio.Cada día es distinto y el número de individuos y la variedad de especies puede cambiar radicalmente de un momento a otro y siempre nos podemos encontrar con alguna sorpresa.



Hace un par de días aproveché un momento de tregua después de varias horas de contínuos chaparrones para acercarme la zona del Cabu Peñes. En la playa de Bañugues algunas decenas de limícolas corrían entre la arena de la playa buscando comida. Pero entre todos ellos destacaba un grupo de cuatro Chorlitos grises (Charadrius squatarola) que ya habían mudado completamente su plumaje y se veían radiantes bajo la luz del atardecer.




Me quedé sentado en una roca y estuve casi una hora allí quieto mientras ellos se movían a mi alrededor. La luz era cada vez mejor y los tonos cálidos acentuaban aun más el contraste de los grises, blancos y negros de su plumaje. Antes de marcharme a casa, cuando ya eran casí las nueve de la noche me fui hasta el Cabu Peñes para aprovechar los últimos rayos de sol.


Es el mejor momento del día, la hora mágica en la que nada es lo que parece y ningún sitio es el mismo aunque lo hayas visto mil veces antes, y aunque la única diferencia aparente sea un charco en el medio de un camino y el reflejo de las nubes en él.

sábado, 15 de mayo de 2010

Efecto de la sobrecarga ganadera sobre los anfibios en los Picos de Europa

Charca de Cortegueru, sin cerrar con acceso total para el ganado

Las charcas, ya sean temporales o permanentes, tienen una gran importancia para la mayoría de las especies de anfibios. A ellas acuden para reproducirse y en ellas se desarrollan las puestas y las larvas durante una de las fases más críticas de su vida. En los Picos de Europa muchas de esas charcas han sido usadas durante años como bebederos para el ganado, tanto vacuno como ovino y caprino. Además, en muchos lugares se han construído bebederos artificiales que pasados los años han llegado a formar parte del paisaje y que actualmente son utilizados por muchos anfibios.

En zonas bajas, donde hay abundancia tanto de charcas como de bebederos la presencia de ganado no suele resultar problemática. Pero a medida que aumenta la altitud, el paisaje se hace más abrupto y la vegetación es cada vez mas escasa. En esas zonas las charcas naturales son muy raras debido a la dificultad para que el agua se acumule en un sustrato cárstico y por eso el efecto del ganado sobre ellas es mayor.

La cabaña ganadera en el Parque Nacional de los Picos de Europa  ha experimentado un gran aumento en los últimos años, en gran parte debido a que está generosamente subvencionada al menos por tres vías: por estar dentro de un parque Nacional, por tratarse de ganado autóctono y por ser ganado de montaña.

 La laguna de Llaguseco, a 1890 msnm es muy sensible a la presencia de ganado

Este aumento de la cabaña ganadera tiene un gran efecto sobre los ecosistemas de montaña, sobre todo sobre la vegetación, ya que las vacas evitan el reclutamiento de muchas especies forestales al comer los árboles jóvenes. Pero además del efecto sobre la vegetación, la sobrecarga ganadera puede tener un efecto indirecto sobre las poblaciones de anfibios al afectar a las charcas donde estos se reproducen y donde se desarrollan sus larvas. Aparte del efecto directo que producen al consumir el agua, lo que acelera el proceso de desecación, la presencia de ganado y sobre todo de sus excrementos aumenta la cantidad de residuos nitrogenados que aceleran la eutrofización de las charcas.

En un estudio realizado por el grupo del Dr. Chandler Schmutzer, de la Universidad de Tennessee, y que ha sido publicado en la revista Freshwater Biology, se demostró que la diversidad y abundancia de anfibios era mucho mayor en aquellas zonas en las que no había ganado, básicamente por el impacto negativo de las vacas sobre la calidad del agua. Estos investigadores observaron que aparte del aumento de los residuos nitrogenados en presencia de vacas, la cantidad de detritus era mayor y la concentración de oxígeno disuelto era mucho menor en las charcas en las que había libre acceso para el ganado.

Charca de Fana con acceso limitado pero accesible


Charca de Pandecarmen con vallado permanente e inaccesible para el ganado

Debido a este impacto del ganado sobre las charcas de reproducción de los anfibios, se ha sugerido a la dirección del Parque Nacional de Picos de Europa que se cierren aquellas charcas en las que se ha comprobado la reproducción de Rana temporaria y de otras especies de anfibios, sobre todo para evitar que las vacas entren dentro de ellas, aunque en algunos casos se pudiera permitir dejar algunas zonas libres que permitieran que las vacas pudieran beber sin entrar dentro. De esta forma se impediría al menos que las vacas defecaran dentro de las charcas, lo que incrementaría los problemas de eutrofización descritos anteriormente.

Hasta ahora parece que la propuesta ha tenido cierto éxito, ya que si bien algunas charcas siguen sin ningún tipo de vallado y otras tienen cierres muy endebles que pueden ser fácilmente evitables por las vacas, en otras charcas, como por ejemplo en Pandecarmen, se ha llevado a cabo un vallado permanente y de gran solidez que impide totalmente el acceso del ganado.

Referencias

SCHMUTZER, A., GRAY, M., BURTON, E., & MILLER, D. (2008). Impacts of cattle on amphibian larvae and the aquatic environment Freshwater Biology, 53 (12), 2613-2625 DOI: 10.1111/j.1365-2427.2008.02072.x

miércoles, 12 de mayo de 2010

Buscando comida entre las algas del arribazón


Después de unos días de marejada las orillas de las playas del Cantábrico aparecen cubiertas de las algas que las olas han arrancado del fondo. Gran cantidad de trozos de Gelidium sp. y de Ulva sp. y cada vez menos Fucus y Laminaria han sido arrastrados por la marea y se encuentran formando una capa, en ocasiones de casi un metro de altura, en las zonas de la playa donde las corrientes las van depositando.

A los pocos días de llegar a tierra las algas comienzan a pudrirse y es entonces cuando gran cantidad de crustáceos como la Pulga de mar (Talitrus saltator) y otras especies similares aprovechan para aparearse y dejar sus larvas sobre las algas en descomposición de las que se alimentan. También algunos insectos, como moscas y mosquitos, ponen sus huevos en las algas que han quedado resecas en las líneas más altas de la marea, donde el agua ya no llega.


Esta rápida ebullición de pequeños animales atrae a su vez a numerosas aves que se alimentan de ellos. Además de aves terrestres, como lavanderas o colirrojos tizones, los limícolas que en estos momentos se encuentran en plena migración a sus lugares de cría, buscan insistentemente entre las algas, siempre alerta para evitar a las olas que baten contra la orilla los alcancen. Además de aves, numerosos peces esperan en la orilla a que suba la marea y arrastre la pulga que tambián les sirve de alimento.


Los correlimos tridáctilos (Calidris alba) se encuentran mudando el plumaje y no es raro ver en el mismo bando ejemplares que aun conservan gran cantidad de plumas blancas y grisaceas, características de la librea invernal que ya traían  muchos de ellos en el mes de septiembre, juntoi a otros ejemplares completamente mudados y otros que se encuentran a medias, lo que no les impide el vuelo ya que la muda es secuencial.


Tanto los correlimos tridáctilos como otras muchas especies de limícolas que pasaran durante este mes por nuestras playas, encuentran en está despensa improvisada el alimento necesario para recuperar fuerzas y almacenar reservas para el resto del viaje. 

Desgraciadamente para ellos, en las playas la presencia de algas no suele ser vista con buenos ojos, ya que mucha gente considera que son basura y que lo único que producen son moscas y mal olor. Contrariamente a lo que pueda parecer a simple vista, estos restos de algas no son una señal de que la playa esté sucia, sino que son muy importantes para el ecosistema litoral tanto por la cantidad de organismos que se alimentan de ellos como por su ayuda pasiva para fijar la arena y evitar que sea arrastrada. En algunas playas del Mediterráneo los restos de Posidonia no se retiran durante el invierno y se han llevado a cabo numerosas campañas para concienciar a la población de la importancia del arribazón. Hasta el momento, que yo sepa, nada parecido ha ocurrido en Asturies, donde el arribazón sólo permanece en aquellas playas y pedreros de difícil acceso.

domingo, 9 de mayo de 2010

Negrón careto


 

El 5 de mayo Yoli y Laure localizaron una hembra joven de Negrón careto (Melanitta perspicillata) en la playa del Arbeyal (Xixón, Asturies). Desde entonces se ha visto intermitentemente en la misma zona, aunque suele entrar y salir frecuentemente de las dársenas hacia la bahía de Xixón. Se trata de una especie americana muy rara con pocas observaciones en la Península Ibérica.






Hoy me acerqué por la zona para ver si la localizaba y tuve suerte, se encontraba en el mismo sitio donde se había visto anteriormente y buceaba continuamente en busca de los cangrejos de los que se alimenta. Se encontraba cerca del nuevo punto deportivo y después de unos minutos levantó el vuelo y se internó en la bahía.