viernes, 31 de julio de 2009

Escarabajos cazadores


Normalmente se suele asociar la imagen de un depredador a la de un gran carnívoro sediento de sangre, que mata y devora todo lo que encuentra. Incluso en muchas ocasiones, gran parte de la población considera a los depredadores como animales malos y perversos que cazan sádicamente a dulces hervívoros que viven placenteramente sin hacerle daño a nadie.

Esta imagen, fomentada en muchas ocasiones por algunos documentales de escaso rigor científico dista mucho de la realidad. Como ya comenté en varias ocasiones en este mismo blog, los depredadores ni son sádicos ni son asesinos despiadados, simplemente se alimentan de carne en vez de comer vegetales, y son una pieza clave para la supervivencia del ecosistema en su conjunto. Sin ellos, y aunque pueda parecer paradójico, sus propias presas acabarían muriendo de inanición o de enfermedad al aumentar su número exponencialmente y agotar los recursos, produciendo una reacción en cadena que destruiría el ecosistema.

La imagen de los depredadores como animales de gran tamaño tampoco es cierta, ya que hay depredadores de todos los tamaños, incluso algunos microscópicos. Entre los insectos hay numerosas especies depredadoras, y unas de las que siempre me han llamado la atención son las Cicindelas, unos coleópteros de la familia de los Carábidos que son unos cazadores muy efectivos y voraces.

La Cicindela campestris es un pequeño coleóptero que mide entre 1,5 y 2 cm y que se suele encontrar en lindes de caminos, normalmente sobre superfices arenosas. Se trata de un cazador muy hábil, que se alimenta de otros insectos y sus larvas, de arañas y de ácaros. Sus mandíbulas son enormes en relación a su tamaño y le permiten atrapar y trocear a sus presas fácilmente. Para cazar patruyan su territorio, corriendo rápidamente y realizando pequeños vuelos lo que dificulta aun mas hacerles una foto decente.

miércoles, 29 de julio de 2009

El significado del canto de la rana

Coro de machos de rana cantando

Las ranas verdes ibéricas (Pelophylax perezi) es probablemente nuestra rana más ruidosa y que tiene una temporada de canto más prolongada. Desde hace varios meses ya empezaron a llegar a sus lugares de reproducción y aun durante finales de julio y gran parte de agosto, cuando la temperatura de las charcas donde se encuentran puede superar los 25 o 30ºC, los machos siguen cantando. Este canto tiene una doble función: atraer a las hembras y delimitar el territorio frente a otros machos.

Macho de Rana verde hinchando sus sacos bucales durante el canto

Durante el canto, los machos hinchan los dos sacos bucales que se encuentran situados a ambos lados de la cabeza, pudiendo emitir hasta cinco tipos de sonidos diferentes, que varían tanto en su duración como en la frecuencias de los mismos.

Macho dominante sometiendo a un macho subordinado

Los machos de Rana verde son muy agresivos con otros machos que entren en su territorio. Solo hace falta sentarse unos minutos en el borde de una charca poblada por estos anfibios para que podamos observar las escaramuzas entre ellos.

El pequeño territorio se delimita con el canto y mediante pequeños saltos que ponen de manifiesto la fuerza de cada macho. Por regla general, los machos más viejos y de mayor tamaño son los dominantes y mantienen a raya a los machos más pequeños. Si alguno entra en su territorio, el macho dominante se abalanzará sobre él aplastándolo y dejando claro su estatus. Por lo general estas demostraciones son suficientes para que el intruso abandone el territorio.

Pareja de Rana verde durante el amplexus

Los cantos y las escaramuzas territoriales tienen una sola meta, que es la de aparearse con las hembras. El canto de la Rana verde es un indicador honesto de la calidad del macho, y las hembras, al escoger a un macho por su canto, estarán eligiendo también a un buen padre para sus hijos.

lunes, 27 de julio de 2009

Plantas carnívoras


En un talud de la carretera que sube al Puerto de la Cubilla aparece un grupo e plantas de color verde intenso que no se parecen a las otras hierbas que tienen alrededor. El agua cae a chorro procedente de un manantial en la parte superior del talud empapando el sustrato donde se amontanan muchas de estas plantas. Sobre las hojas hay multitud de pequeños insectos que se encuentran pegados, en algunas hoja hay mas de 100, algunos de un tamaño bastante grande.

La planta es una Pinguicula grandiflora, una planta carnívora relativamente frecuente en Asturies y en el norte de La Península ibérica. Le gustan los lugares muy húmedos y con fiuerte inclinación, pudiendo encontrarse hasta los 2000 metros de altitud.

Cuando nos fijamos en las hojas vemos unos pequeños puntitos blancos que son unas glándulas encargadas de producir mucílago, que es una sustancia pegajosa a la cual se quedan adheridos los insectos cuando se posan en las hojas.



Los insectos una vez atrapados no tienen escapatoria, y serán lentamente digeridos por la planta gracias a los enzimas segregados por otras glándulas que se encuentran en la epidermis de la hoja.

Las flores, de color violeta y de unos 2 cm de longitud, aparecen entre abril y agosto, aunque la mayoría se producen al principio de la estación. La semana pasada, sólo una de las plantas que vi tenía flores

jueves, 23 de julio de 2009

Listas para volar


El sabado pasado, mientras cenábamos en el Bar el Rosal, en Samartín de Lluiña (Cuideiru), justo encima de la puerta de la cocina, los inquilinos de un nido de golondrinas (Hirundo rustica) descansaban tranquilamente ajenos al ajetreo de camareros y comensales.

Ya les quedan unos pocos días para volar y casi no caben en el nido. Mientras los mirábamos, ejercitaban los músculos de sus alas entre cabezada y cabezada. A las golondrinas les gusta hacer sus nidos en las construcciones humanas, probablemente porque allí se encuentran a salvo de muchos depredadores salvajes, aunque no de los domésticos, como gatos y perros.



A menos de un metro del nido, posados en el cable de la antena de televisión, sus padres dormían apaciblemente sin que pareciera importarles el alboroto del bar y a pesar de que ya eran mas de las 12 de la noche.

Dentro de menos de un mes, jóvenes y adultos abandonarán Asturies rumbo a África donde pasarán el invierno para regresar el año que viene, quizás a Samartín, quizás al Bar El Rosal.

miércoles, 22 de julio de 2009

El falso fósil del pedrero


Caminando entre las rocas del intermareal es relativamente frecuente encontrarse con unos dibujos con formas vegetales encima de las rocas. Aunque en un principio pueda parecer que estamos ante la imagen perfecta de una planta fosilizada, la realidad es que se trata de una "impresión fotográfica" que probablemente tenga tan sólo unos pocos días en vez de los millones de años que nos pudiera parecer.

Estas imágenes son el resultado de la degradación del alga Desmarestia aculeata (o de la Desmarestia ligulata, más rara en el Cantábrico) después de quedar expuesta a los rayos del sol en la marea baja. Estas algas tienen unas vesículas rellenas de ácido sulfúrico que cuando se calientan por el sol explotan, liberando el ácido que contienen. Este ácido matará cualquier resto animal o vegetal adherido a la roca y que se encuentre dentro del perímetro del alga. Posteriormente, al subir la marea, la mar arrastrará los restos de la Desmarestia dejando como recuerdo su imagen sobre la roca.


La presencia de ácido sulfúrico es una defensa química del alga para evitar la depredación por parte de crustaceos y equinodermos, como los erizos de mar. Las células de las Desmarestias contienen iones sulfato que al entrar en contacto con el agua de mar producen ácido sulfúrico. Ese ácido se acumula en unas vacuolas que cuando son perforadas por los fitófagos mientras se alimentan del alga, lo liberan, haciendo desistir a los hervíboros en futuros encuentros.

martes, 21 de julio de 2009

La mariposa Apolo


La mariposa Apolo (Parnassius apollo) es uno de los Lepidópteros más bonitos y espectaculares de nuestra fauna. Tiene un gran tamaño, ya que puede llegar a los 80 mm y unos ocelos rojos o anaranjados que destacan sobre el fondo blanco de las alas.

Esta mariposa es una especie característica de la alta montaña, pudiendo encontrarse a alturas superiores a los 2000 metros. La Apolo es una reliquia de la última glaciación, ya que al igual que ocurrió con otras muchas especies de nuestra fauna alpina, una vez que se retiraron los hielos hace unos 10000 años , muchos animales adaptados a climas fríos emigraron al norte y otros quedaron aislados en las zonas más altas de los sistemas montañosos.

Este aislamiento ha sido el responsable de los numerosos fenómenos de especiación que se han producido en esta especie, ya que casi cada montaña tiene su propia subespecie de Apolo, aislada de las demás por zonas subóptimas. Tan sólo en la Peninsula ibérica se han catalogado 23 subespecies diferentes.


El cambio climático y la paulatina subida de las temperaturas esta condenando a muchas especies alpinas a la extinción, entre ellas a la Apolo, y ya se han registrado varias extinciones locales de algunas poblaciones.

Además del cambio climático, la Parnassius apollo tiene otro enemigo: el coleccionismo. Esta es una de las especies, que debido a su relativa rareza y a lo aislado de muchas de sus poblaciones, ha llamado la atención de muchos coleccionistas aficionados que en ocasiones han llegado a acabar con poblaciones enteras.

Una alternativa mucho mejor que la de tener una de estas mariposas en una caja clavada con un alfiler, es intentar fotografiarla. Os aseguro que no es nada sencillo porque vuelan muy rápido y en ocasiones muy alto, y andar saltando entre las rocas de las laderas de Peña Ubiña con la cámara al hombro tiene su cosa.

sábado, 18 de julio de 2009

El que no llora no mama

Pollos de golondrina (Hirundo rustica) solicitando alimento cuando se acercan sus padres

Todos lo dichos populares, por regla general, tienen un fundamento real, y este no iba a ser menos. En la mayoría de los animales en los que se produce cuidado maternal (y paternal) las crías deben hacer notar a sus padres que tienen hambre y para ello deben emitir señales que ellos puedan comprender. Desde el más desvalido de todas las crías de mamífero, el ser humano, que llora cuando tiene hambre, hasta los pequeños paseriformes que pían insistentemente cuando se acercan sus padres.

Pollos de Chova piquigualda (Pyrrhocorax garrulus) ya emplumados solicitando alimento

Estos sonidos despiertan en los padres el llamado "instinto maternal" que al menos en los mamíferos se produce por la liberación al torrente sanguíneo de la hormona oxitocina tras el parto y que tiene picos de liberación a lo largo del periodo de cría. En el caso de las aves nidícolas, además de estos estímulos auditivos hay importantes estímulos visuales que incitan a los padres a cebar a los pollos. Estos, al poco de liberarse del cascarón empiezan a solicitar alimento, para ello abren el pico desproporcionadamente mostrando el paladar y el interior de la boca que tiene un color anaranjado o rojizo muy llamativo. Cuanto más abierto esté el pico y más intenso sea el color del interior, más fuerte será la respuesta de los padres para alimentarlo.


Pollos de Estonino negro (Sturnus unicolor). Se aprecia el desarrollo de las comisuras bucales

Durante este periodo, las comisuras del pico, que funcionan como bisagras, están muy desarrolladas y permiten al polluelo abrir la boca muchísimo más de lo que podrá hacer cuando sea adulto. Cuando la nidada está formada por varios pollos, los padres serán capaces de distinguir entre los pollos más hambrientos, a los que cebarán antes, de los pollos más saciados. Los que llevan mas tiempo sin comer abrirán más el pico, piarán más fuerte y levantarán más la cabeza que sus hermanos, de esta forma, al final todos los pollos tendrán su ración de alimento.

jueves, 16 de julio de 2009

Muerte en la charca II

Larva de Ditisco atrapando una Notonecta glauca

Con el calor del verano las charcas temporales van desapareciendo y es suficiente con una semana de sol y ausencia de lluvias para que las zonas humedas se conviertan en una superficie de barro cuarteado.

A medida que se retira el agua en los pequeños charcos que quedan se van concentrando no sólo los renacuajos sino también los insectos depredadores. Estos últimos aprovechan la alta densidad de presas y las dificultades que tienen para huir y consiguen atrapar algunos animales que en condiciones normales les sería casi imposible.

Las larvas de Ditisco (Dytiscus marginales) son grandes depredadores y están provistos de unas fuertes mandíbulas con las que capturan renacuajos, crustaceos y otros insectos. Una vez atrapados les inyectan una solución enzimática que disuelve sus tejidos para luego succionarlos. Esta vez ha tenido suerte y ha conseguido cazar una Notonecta glauca, un insecto acuático, también depredador que en condiciones normales le sería muy difícil de capturar.


Pero la sequía no hace concesiones y afecta tanto a depredadores como a presas. Una hora después de su captura, el charco se había secado y tanto el ditisco como la Notonecta yacían muertos sobre el barro seco. Al igual que ocurrió con los renacuajos, pronto serían devorados por los necrófagos.

miércoles, 15 de julio de 2009

Muerte en la charca I


Hace dos semanas que no llueve en la campera de la Cubilla y las charcas que antes estaban repletas de agua están ahora prácticamente secas. La mayoría de los renacuajos de Rana temporaria han conseguido desarrollarse lo suficientemente rápido para completar la metamorfosis y librarse de una muerte segura, pero otras especies de anfibios han tenido peor suerte.


Las Ranitas de San Antonio (Hyla arborea) realizaron las puestas casi un mes más tarde que las temporarias y este año, debido a las intensas nevadas del invierno, con casi dos meses de retraso respecto a los años anteriores. En los pequeños encharcamientos que aun resisten, con el agua a una temperatura de más de 30ºC, se amontonan cientos de renacuajos que no han completado la metamorfosis y que si no llueve hoy mismo están condenados a morir deshidratados.


Es mediodía y el sol está dando de pleno sobre la campera. La evaporación es muy rápida y en algunos de los charcos ya no queda ni rastro de agua y sólo permanece algo de humedad en un barro cada vez mas seco. Los renacuajos de Hyla arborea que habían quedado atrapados ya no tienen escapatoria.


Diez minutos más tarde el sol ha dejado a los renacuajos convertidos en pequeñas momias resecas y las moscas y otros insectos necrófagos se han encontrado con un festín inesperado donde comer y poner sus huevos. En la Naturaleza no se desperdicia nada, y la muerte de un organismo suele significar la supervivencia de otros.


En otro de los pequeños pozos, situado a menos de un metro del anterior algunos renacuajos casi han completado la metamorfosis. Sus patas delanteras ya han aparecido y son capaces de respirar el oxígeno atmosférico. Aprovechando sus nuevas facultades, uno de ellos camina y se arrastra con dificultad entre el barro húmedo en busca de otro pequeño charco donde completar su desarrollo. A pesar de estar en un estado muy avanzado aun no tiene la capacidad de sobrevivir a la desecación fuera del agua o de un ambiente muy húmedo. Tiene poco tiempo, quizás menos de 5 minutos para recorrer 30 cm hasta el siguiente charco, una distancia enorme para un animal de menos de 2 cm de largo que se arrastra lentamente. Esta es la diferencia entre la vida y la muerte para un pequeño renacuajo.


Mientras tanto, a su lado, aparece un pequeño metamorfo de Rana temporaria ajeno a los problemas de su pariente. Ya se ha convertido en una pequeña rana en miniatura, capaz de recorrer en dos segundos y con un par de saltos la distancia que para la Hyla era un mundo .

Este ha sido un mal año para la población de Ranitas de San Antonio de la Cubilla. Las condiciones meteorológicas del invierno y dos semanas sin llover han sido suficientes para que el fracaso reproductor haya sido prácticamente total. Las Ranas temporarias han tenido más suerte, pero quizás la temporada que viene ocurra al revés. No lo sabremos hasta entonces.

lunes, 13 de julio de 2009

Memoria de pez

Experimento de aprendizaje en espinosos, Gasterosteus aculeatus (Álvarez & Bell, 2007)

Una de las creencias más extendidas entre la gente es la que dice que los peces no tienen memoria, o más exactamente que tienen una memoria de tan sólo tres segundos, ni uno, ni dos, ni cuatro. Cómo ha surgido esta leyenda urbana es algo que siempre me ha llamado la atención, sobre todo porque al igual que la mayoría de las leyendas urbanas es falsa. Según la Real Academia de la Lengua, la memoria es la "facultad psíquica por la cual se retiene y se recuerda el pasado", o sea, que si un pez no tuviera memoria no sería capaz de acordarse en el futuro de las experiencias vividas anteriormente. Esto implicaría que si por ejemplo se hubiera encontrado con un depredador que lo hubiera atacado y afortunadamente para el hubiera conseguido escapar, la próxima vez que se lo encontrara no sabría reconocerlo ni reaccionar y tendría muchas probabilidades de que se lo comiera.

Grupos de espinosos para un estudio sobre relaciones sociales

Numerosos estudios demuestran que ocurre exactamente lo contrario ya que los peces son capaces de aprender de las experiencias pasadas y reaccionar en consecuencia cuando se repiten. Y más aun, son capaces de relacionar estímulos, por ejemplo si en el pasado un pez tuvo un encuentro con un depredador que desprendía un olor característico, sería suficiente con la exposición a ese estímulo para desencadenar la respuesta de huida (un claro ejemplo de condicionamiento clásico), incluso semanas después del primer encuentro. Algunos investigadores como Cullum Brown han demostrado que los peces son capaces de recordar los refugios y el camino para llegar a ellos durante meses, lo que según sus propias palabras sugeriría que "son capaces de crear mapas mentales como los que usa la gente cuando planea un viaje familiar".

 
Pareja de Microgeophagus ramirezi (Cichlidae) cuidando la puesta

Pero la existencia de memoria en los peces no ha sido sólo demostrada en el caso de las defensas anti-depredador. Hay algunas familias de peces, como la de los cíclidos, en las que los peces forman parejas monógamas que pueden permanecer unidas durante años. Estos peces son muy territoriales recordando durante mucho tiempo a su pareja (incluso cuando se los separa varios meses), los límites de su territorio y a los demás miembros de su comunidad, con los que establece complejas relaciones jerárquicas que serían imposible si su memoria sólo fuera de tres segundos. La memoria, el aprendizaje e incluso el olvido, son necesarios para la mayoría de los organismos, no sólo para los peces y gracias a ellos pueden sobrevivir en un medio ambiente complejo, con miles de señales químicas y visuales que deben saber reconocer e interpretar. Como dice Cullom Brown "es completamente ridículo que un animal pueda sobrevivir sin memoria".

viernes, 10 de julio de 2009

La segunda pollada del zampullín chico


Los zampullines chicos (Tachybaptus ruficollis) ya han realizado la segunda puesta de la temporada y en algunos casos ya han nacido los pollos. Los padres los acompañan continuamente buceando para buscar insectos acuáticos y pequeños peces con los que alimentarlos.

Esta especie, al igual que el resto de especies de Podicipediformes (zampullines y somormujos) son muy torpes en tierra por lo que apenas abandonan el agua salvo para subir al nido que se encuentra semisumergido. Prueba de esta adaptación al medio acuático son sus patas, que están muy retrasadas en el cuerpo y que ya son muy patentes en los pollos jóvenes.

jueves, 9 de julio de 2009

La metamorforsis de los tritones


Muchas de las larvas de tritón palmeado (Triturus helveticus) que llenan bebederos y pequeñas charcas están a punto de terminar la metamorfosis. Al contrario que ocurre con las larvas de anuros, las larvas de los tritones tienen un aspecto muy similar al de los adultos con excepción de las branquias externas que se situan detras de la cabeza.

Durante el desarrollo larvario primero les aparecen las patas delanteras y luego las traseras (al contrario que los renacuajos) y las branquias plumosas se van reabsorviendo poco a poco hasta desaparecer.


La alimentación de las larvas de tritón es similar a la de los adultos, ya que en ambos estadíos se alimentan de presas vivas, por lo que los cambios estructurales son mucho menores que los que ocurren en ranas y sapos. En los anuros el cambio de una alimentación herbívora durante la fase larvaria a una carnívora en el estadío adulto lleva aparejado un cambio radical en el sistema digestivo que reduce su longitud en casi dos tercios.

Cuando hayan completado la metamorfosis y sean capaces de respirar con los pulmones abandonaran el agua y comenzaran la fase terrestre.

martes, 7 de julio de 2009

Otra de libélulas

Macho de Libellula depressa

La Libellula depressa es una de nuestras libélulas más bonitas. Aunque no es tan grande como la imperator ni vuela tan rápido como ella tiene una envergadura de unos 70 mm, por lo que se puede considerar como una de las grandes.

Durante los días soleados es frecuente ver a los machos patrullando sobre las pequeñas charcas que forman su territorio, posándose de vez en cuando en una rama elevada desde donde pueden controlar sus dominios y atacando a otros machos que se aproximan. Las hembras, atraídas por las charcas y por los vuelos del macho se acercan al territorio donde tienen lugar las cópulas.

Hembra de Libelula depressa durante la puesta

Las puestas ocurren poco tiempo después y las hembras las realizan en vuelo, para ello se quedan paradas en el aire y van introduciendo la punta del abdomen en el agua liberando los huevos. Este comportamiento se repite una y otra vez hasta que termina toda la puesta.

Durante todo el proceso el macho sigue vigilando y auyentando a los intrusos. No quiere competidores ni para él ni para su descendencia, por lo que tampoco permitirá que otras hembras que no hayan copulado con él hagan la puesta en su charca.

domingo, 5 de julio de 2009

El cordal de la Mesa y los puertos de La Bal.lota

Vista sur del cordal de la mesa

En el sector sur de macizo de Ubiña se encuentran un cordal montañoso formado por tres picos principales: la Tesa (1905 m), la Mesa (1993 m) y la Almagrera (1931). Se accede por la carretera que lleva al puerto de la Cubilla desde la localidad de Campomanes. Una vez llegado al puerto, situado a 1693 m, se pasa la portilla y se sigue la pista a la izquierda, teniendo que pasar una nueva portilla a cabo de un kilómetro que divide los pastos de Asturies y de Leon.

Esta es una de las zonas más accesibles para disfrutar de las aves de media y alta montaña, con un paisaje espectacular de praderas alpinas y laderas calizas. Para acceder a la base de la Mesa se empieza a subir desde las primeras cabañas que se encuentran. En esta época y debido a las lluvias de la primavera todo esta verde y hay una gran cantidad de flores por toda la ladera.

Ladera norte de la Mesa

Esta es uno de los mejores sitios para observar a la joya de nuestra avifauna de montaña, el gorrión alpino (Montifringilla nivalis). Al menos dos parejas nidifican en los bloques calizos de las laderas y estos días son relativamente fáciles de ver porque los pollos ya han salido del nido y son acompañados por sus padres formando grupos familiares que se mueven continuamente.

Una vez que llegamos arriba lo mejor es sentarse tranquilamente y disfrutar de la vista hacia el valle del Huerna sin perder ojo de los paredones calizos, donde si tenemos paciencia y suerte es posible que veamos al Treparriscos (Trichodroma muraria) alimentándose entre las grietas y volando como una gran mariposa de pared a pared.

Gorrión alpino (Montifringilla nivalis)

Al descender de nuevo por la ladera podremos ver gran cantidad de aves, entre las que destacan las collalbas grises (Oenanthe oenanthe), los escribanos montesinos (Emberiza cia) y soteños (Emberiza cirlus), las tarabillas comunes (Saxícola torquata) y los pardillos (Carduelis cannabina). También hay que estar atento hacia el cielo porque son muy abundantes los Buitres (Gyps fulvus) y con suerte podremos observar a la pareja de Aguilas reales (Aquila chrysaetos) que se reproduce por la zona.

Escribano montesino (Emberiza cia)

Las praderas de los puertos de la Bal.lota se destinan al pastoreo extensivo de vacas y caballos pudiendo encontrarse manchas relativamente grandes de Escobas (Cytisus escoparius), aunque cada vez menos porque son desbrozadas frecuentemente para aumentar la superficie de pastos. Aunque resulte increible, muchos de estos desbroces son realizados en primavera, en pleno periodo de nidificación.

Praderas de la Bal.lota, al fondo la Mesa

En estas praderas se alimentan grandes grupos de Chovas piquigualdas (Pyrrhocorax graculus) que tienen una importante colonia nidificante de varias decenas de parejas en una cueva próxima, y grupos menos numerosos de Chovas piquirrojas (Pyrrhocorax phyrrocorax).

Asimismo, en estas praderas hay numerosas charcas temporales en las que se reproducen las Ranas bermejas (Rana temporaria), las Ranitas de San Antonio (Hyla arborea) y los Sapos corredores (Bufo calamita).

Chova piquigualda (Pyrrhocorax graculus)

Entre las aves rapaces que se pueden encontrar en las camperas destaca el Alimoche (Neophron percnopterus), el Aguilucho cenizo (Cyrcus pigargus) y el Halcón peregrino (Falco peregrinus), que nidifican en la zona.

Alimoche (Neophron percnopterus)

Después de todo el día pateando por el monte toca bajar porque está entrando la niebla. Al descender por el valle del Huerna nos encontramos de golpe con las obras de la variante de Pajares que han transformado completamente el paisaje convirtiéndolo en una zona de guerra, con túneles, viaductos, desmontes y la vega del río completamente cubierta de campos de dovelas, como los campos de vainas de la película de La invasión de los ladrones de cuerpos.

Hemos vuelto a realidad.

viernes, 3 de julio de 2009

Siemprevivas

Sempervivum cantabricum cantabricum 

Las Siemprevivas son plantas crasas como los cactus que se han adaptado para vivir en condiciones de poca disponibilidad de agua. Puede parecer un contrasentido que en Asturies, donde las precipitaciones no son precisamente escasas, haya dos especies del género Sempervivum. Esto es debido a que una cosa es que llueva mucho y otra cosa muy distinta es que ese agua de lluvia pueda ser aprovechada por los organismos.

En algunas zonas alpinas y subalpinas cubiertas de rocas y muy expuestas al sol, el agua de lluvia no queda retenida como ocurre en un prado o un bosque, por lo que sólo es accesible durante unos instantes. Este es el lugar donde habitan estas plantas, que son capaces de almacenar el agua en sus hojas carnosas y así poder sobrevivir en un hábitat tan hostil, enraizando entre los resquicios que dejan las rocas. Además del agua de lluvia, las Sempervivum pueden retener la humedad ambiental en zonas de nieblas abundantes.

La planta de la fotografía la encontré en el cordal de la Mesa, en el sector sur del Macizo de las Ubiñas, a unos 1800 metros de altitud. La especie la identificó Toño Salazar, un apasionado de estas plantas como podréis comprobar en su blog dedicado a esta familia, y en el que encontrareis abundante información y fotografías sobre ellas.

Además de las especies salvajes, las siemprevivas son muy comunes como plantas ornamentales. Debido a esto se pueden encontrar plantas de numerosas especies, tanto locales como importadas, lo que unido a la facilidad de hibridarse entre ellas es una dificultad añadida para su identificación.

miércoles, 1 de julio de 2009

Una para todos, todos para una

Amplexus múltiple de Bufo bufo en la Laguna de Arbás (Cangues del Narcea)

Como vimos en anteriores posts, los anfibios anuros cantábricos tienen un modo de reproducción y desarrollo larvario muy singular. La mayoría de las especies hacen la puesta en el agua, siendo los sapos parteros la excepción a la regla. Unas especies prefieren charcas temporales y otras lagos o ríos. Unas especies (o poblaciones) concentran su reproducción en unos pocos días y otras la prolongan durante meses. Y por regla general, en la mayoría de las especies cada hembra se aparea con un sólo macho una única vez por estación, mientras que los machos pueden repetir varias veces con distintas hembras.

En el Sapo común (Bufo bufo) y sobre todo en poblaciones de altura con reproducción explosiva concentrada en unos pocos días, es relativamente frecuente ver amplexus múltiples en los que una hembra es abrazada por varios machos (en ocasiones hasta 10) mientras realiza la puesta.

En otras especies de anuros como Rana temporaria, cuando aparece una hembra en la charca, varios machos se suelen abalanzar sobre ella, pero poco a poco los machos más débiles o los que estén peor colocados van desistiendo hasta que al final sólo queda uno agarrado. Según mis observaciones, la hembra de temporaria sólo comienza la puesta cuando tiene un sólo macho en amplexus. En Bufo bufo, por el contrario, y tal como se observa en la fotografía, la hembra empieza a poner durante el amplexus múltiple, por lo que la puesta podrá ser fecundada por varios machos a la vez.

Desgraciadamente para las hembras de sapo, en muchas ocasiones estos amplexus múltiples acaban siendo mortales, y muchas mueren asfixiadas durante la época de reproducción. Al día siguiente de tomar la fotografía, el lago aparecía desierto pero completamente lleno de cordones de huevos. Mientras tanto varias decenas de hembras flotaban muertas en la superficie. Dentro de unos días servirán de alimento para los renacuajos recien nacidos, que son herbívoros y carroñeros.