jueves, 30 de abril de 2009

¿Qué les pasa a los gorriones?


Estamos tan acostumbrados a ellos que la mayoría de las ocasiones ni les prestamos atención. Los gorriones comunes (Passer domesticus) comparten con nosotros los pueblos y ciudades y han llegado a depender tanto del ser humano que es muy raro verlos fuera de ellas. En las zonas urbanizadas encuentran comida abundante, refugio y protección frente a los depredadores salvajes.



A los gorriones les gusta la compañía y además de comer en grupos tambien anidan en colonias, usando cualquier agujero en una pared, los huecos de las tejas o los desvanes. Los gorriones se han extendido por todo el mundo gracias al hombre, que los ha llevado a América a principios del siglo pasado y también a Australia y Asia, donde se ha adaptado perfectamente y ha colonizado muchas de sus ciudades.



Parece que los gorriones no tienen problemas y que mientras haya hombres habrá gorriones a su lado. Sin embargo, hace unos años en Gran Bretaña se ha empezado a notar un descenso poblacional muy acusado, que en algunas ciudades como en Londres ha sido superior al 70%, y que en el total de los jardines urbanos británicos ha supuesto la pérdida del 50% de la población que se ha estimado que equivale a unos 10 millones de gorriones en menos de 25 años.


Descenso de la población de Gorrión común en Gran Bretaña (Datos del British Trust of Ornithology)

Nadie tiene muy claro a que se ha debido ese descenso tan fuerte y tan rápido, mucho más acusado que el de otras especies de paseriformes. Se ha hablado de los efectos del cambio climático, de los pesticidas y de otras muchas posibles causas, pero lo cierto es que no hay nada claro. Los británicos se han empezado a preocupar y se han invertido grandes sumas de dinero para saber que les pasa a sus gorriones, incluso han abierto una cuenta para que la gente haga sus donaciones para estudiar a los gorriones y han recaudado hasta el momento mas de 95000 libras (108.000 euros).

Aunque sean comunes y abundantes (por ahora) ya nadie entendería una ciudad o un pueblo sin ellos, así que ojalá podamos seguir viéndolos entre las casas y los jardines durante mucho tiempo.

5 comentarios:

  1. Qué cosas, jamás pensé que nadie se preocupara por estos pajarillos que pasan tan desapercibidos, por suerte para ellos.

    Ayer mismo lo comentaba, yo les he visto comer hasta chorizo. La clave de su éxito es que se adaptan perfectamente a nosotros y sobre todo no son llamativos ni cantan bien, lo que hace que no nos llamen la atención para encerrarlos en una jaulita. Suerte que tienen.

    En cuanto al descenso es raro, lo mismo a algún desalmado se le ha ocurrido algo, como pasa con las palomas.

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  2. Muy interesante esta entrada de tu excelente blog y muy bien explicada la situación y problemática con los gorriones.
    Lo cierto es que las aves más comunes son las grandes olvidadas y sin embargo son las que más información nos dan del estado del ecosistema y las que funcionan como termómetro de muchos problemas medioambientales que se reflejan en la fauna. Estas especies actúan como bioindicadores y pueden ser más relevantes que las especies en peligro de extinción y las rarezas, y tu explicación contribuye a que se empiece a valorar esta fauna y se contemplen en proyectos de conservación, anuarios y proyectos de monitorización. Salud y ecología.

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  3. Supongo que podría estar asociado al hecho de que la fabricación del pan se ha industrializado y reducido a unas pocas fábricas grandes en todos estos años. A muchos pueblos ya no llegan sacos de trigo sino pan congelado.

    pvaldes

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  4. Yo soy de Portugalete Vizcaya y desde hace 2 o 3 años han desaparecido al completo. Yo pensaba que eran las gaviotas que no tienen que comer y lo inundan todo, crían en los tejados cuando antes no lo hacían.

    Bueno, sabemos que la estupidez humana no tiene limites y la ambición enfermiza menos y terminaremos con todo.(v.r.camelas8@gmail.com) Roberto

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  5. Qué pajarillos tan entrañables y dicharacheros, notas de la cotidianeidad, de la vida que rebulle bajo los todavía tejados cubiertos de tejas árabes de nuestros pueblos. Y el color herrumbroso y ocre de los machos en primavera. Ahora adquieren una librea muy especial, y que con su mudanza, dan la bienvenida a la otoñada. Adoro a estas aves. Gracias cantábricos.

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